miércoles, 24 de junio de 2009

Otro INDEC... pero en la SAGPYA

Jueves 16 de abril de 2009

Según estimaciones de la embajada de EE.UU., la Argentina ha sembrado 16.500.000 hectáreas de soja con una estimación de rinde de 19 quintales por hectárea contra 23 quintales del año anterior (hablamos de promedios nacionales). La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó, hoy, que la cosecha de soja será de 37 millones de toneladas con un rendimiento medio de 22 quintales por hectárea. A partir del análisis de estos números, no sería descabellado calcular una producción que rondaría entre los 10 y 12 millones de toneladas menos de soja; y si sumamos trigo, maíz, girasol y sorgo, estamos rozando los 63 millones de toneladas este año contra los casi 100 millones de toneladas del año anterior. Estos pronósticos los venimos haciendo desde antes del inicio de la campaña 2008/2009 y en base a estimaciones y referencias que nos hacen llegar compañeros chacareros de todo el país.

Todo, como vemos, se estima a ojo de buen cubero, con estimaciones de embajadas extranjeras sobre la producción nacional o con estudios de entidades privadas con intereses económicos manifiestos en el sector, cuando debería ser el Estado quien maneje todo este tipo de datos en beneficio del conjunto de la sociedad y con parámetros de calidad, transparencia y ecuanimidad inobjetables. ¿Y por qué no se hace? Muy sencillo, la Secretaria de Agricultura decidió no publicar más las estadísticas y estimaciones de cosecha y además cesanteó a los técnicos que las hacían… Sí, los echó a todos y no informa ni recaba más datos sobre la actividad agropecuaria.

¿Se puede gobernar sin estadísticas? ¿Se puede gobernar sin estimaciones de cosechas y siembra? ¿Se puede gobernar sin datos fehacientes de cuánto se sembró y cosechó? ¿Se puede hacer un presupuesto serio de la Nación sin estos datos? ¿Se puede presupuestar, calcular, asumir compromiso, sin un mínimo esquema de datos ciertos sobre los que se deben ajustar las decisiones políticas? Evidentemente, NO!!!

Cualquier sistema serio de toma de decisiones debe ser sobre la base de la mejor y más certera información. Pensemos que las políticas públicas deben posarse sobre datos científicos que permitan determinar fehacientemente el universo tanto humano como económico y geográfico sobre el que se va a actuar con esa medida. Un error, en más o en menos, producto de fallas estadísticas, puede perjudicar a miles de ciudadanos o de productores; tal como ocurrió durante el conflicto agrario dónde el gobierno no sabía la cantidad de productores, discriminados por tamaños, que iban a ser afectados por la resolución.

La destrucción del INDEC, sumado a esto de la SAGPYA, no hace más que poner sobre el tapete la absoluta falta de seriedad de la pareja gobernante. Han transformado a la Argentina en un boliche, al que maneja el ex - presidente en funciones desde Olivo, con un cuadernito donde anota las prebendas con las que compra a Intendentes y a Gobernadores, y hace a ojo el cálculo sobre los niveles de retenciones (esto, aunque parezca increíble, así fue tal cual no los contó el ex - ministro Lousteau al Presidente de la FAA y a quién esto escribe). Pero eso está muy lejos de lo que reclama no sólo el sector agropecuario sino todo el conjunto de la población argentina, que requiere un mínimo de seriedad y un máximo de consenso a la hora de ejecutar políticas.

La información cierta de los números del Estado es un derecho de todos los ciudadanos y un deber de todos los gobernantes sin el cual se conduce a tientas y a locos y se da párbulo a cualquier tipo de versiones, que siempre, pero siempre, son contra las posiciones de los sectores más débiles.

Si hay estimaciones, y las hacen Monsanto, la Embajada (EE. UU.), la Bolsa o Acreaa, y esas son las fuentes; ustedes se pueden imaginar, ¿cuánta ecuanimidad tienen esos números? Más vale que la sospecha de tendenciosos subyace cada vez que uno lee todos estos informes y siempre favorece a los agentes más concentrados de la actividad.

Una vez más el kirchnerismo por acción y omisión termina sirviendo a los intereses que dice combatir… eso sí siempre enarbolando un discurso de lo nacional y popular, aunque los hechos vayan por otro camino.

Salud y cosechas

Pedro Peretti

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