sábado, 27 de junio de 2009

Y al fin… la campaña terminó… y el campo ausente.


Ha llegado el final de esta campaña legislativa y podemos empezar a hacer (mientras esperamos los resultados) un balance en cuanto al debate de proyectos e ideas que generó esta escaramuza electoral de medio tiempo.


La primera conclusión para el sector es que, a pesar de haber generado el más grande movimiento gremial de la historia agraria argentina, aún irresuelto en su totalidad, no figuró prioritariamente en la agenda de discusión del oficialismo, donde fuimos olímpicamente ignorados.


En la oposición, con matices y diferencias conceptuales e ideológicas, tuvimos el respaldo y el apoyo de siempre; dónde, desde mi punto de vista, faltó explicar con mayor claridad los CÓMO se van a resolver los graves problemas del agro. Aquí, queremos destacar la incorporación al debate agrario de Pino Solanas y Carlos del Frade, quines expresaron con absoluta claridad que están a favor de retenciones segmentadas (tal cual lo dijeron en el programa De 12 a 14 del martes, reporteados por el periodista Sergio Roullier). Si tendríamos que marcar una crítica al discurso opositor, sería el que no hubo énfasis especial a las políticas públicas segmentadas y de defensa de los pequeños y medianos productores.


Relatores e historiadores en el mundo electoral K


Hemos visto todos estos días desfilar frente a los medios toda una variada gama (fauna) de dirigentes, funcionarios y candidatos del oficialismo. Salvo honrosas excepciones (hay que ser justo, Carlos Heller propuso cuestiones vinculadas a la ganadería y a la lechería muy similares a las propuestas de FAA), el resto del oficialismo no se destacó por su comportamiento propositivo, sino, más bien, todo lo contrario, repitió slogans confrontativos sobre nebulosas referencias a un “modelo” que nunca terminan de precisar o definir; pero, básicamente, hemos visto dos formas de encarar el debate de la etapa preelectoral, que podríamos dividirlo en: 1- los que actúan como historiadores y 2- los que asumen el rol de relatores.


Empecemos con los primeros: son una especie de Felipe Pigna (perdón Felipe) que ante cualquier pregunta de la realidad, desenfundan la historia (década del 90) como si se debatiera hoy lo de hace 20 años y ellos hubieran asumido ayer, y no hace 6, con el trabajo “sucio” (devaluación) hecho por otros (Duhalde). Así como al toque, cuando alguien le marca un error, largan el speech; “quieren volver a los 90, son la alianza, descontaron el 13% del salario, privatizaron YPF (jeje, Néstor y Cristina bien gracias), desguazaron el estado…” y así continúa una larga letanía que da risas, por no decir vergüenza ajena, como si uno no hubiera estado, vivido y militado en este país. Casi la totalidad de los dirigentes de primera línea de este gobierno “nacional y popular” estuvieron en la década del 90 como protagonistas centrales de todas las tropelías y corruptelas privatizadoras, saqueadoras del patrimonio nacional, es decir, fueron artífices directos de las dosis más altas de neoliberalismo, tan cuestionado, hoy como ayer, por nosotros. Y cuando digo que estaban en primera fila en el carro que empujaba al neoliberalismo, hablo de los gobiernos de Menem, De la Rúa y también estuvieron en el de Duhalde. Empecemos por el matrimonio reinante, lo peor de todo, sostén de la venta de YPF (¿se puede ser progre después de esto?, ¿se puede volver al campo nacional y popular después de bancar esto? ¿Y SER CREÍBLE?). Parrilli pobre Parrili (vocero de todas las malas causas de la época, privatización de YPF, jubilaciones, etc.). Débora Giorgi (Secretaría de Industria de De la Rúa, ¿que Industria?... las liquidaron todas). Aníbal Fernández, desde Intendente de Quilmas hasta Ministro de Kirchner paso por todos los cargos). Nilda Garré (peronista, integrante del gobierno de De la Rúa de la primera hora igual que su vástago, el vicejefe de gabinete, Juan Manuel Abal Medina (Flamarique Boys). Filmus (de Grosso para acá en todas, sólo le falta cantar con los grosso y cartón lleno). Massa, Amado Boudou y Etchegaray son el ala concheta del gobierno, ¿esos no son del ’90?... son del re-contra ‘90. U.C.D. todos… pero en fin, paremos aquí porque la lista sería interminable.


Después, la otra tanda u otro grupo, son los relatores, los que en lo ’90, es cierto que no estuvieron con el neoliberalismo, y adhirieron al proyecto kirchnerista como si fuera el proyecto emancipador por excelencia que va a arrancar a la Argentina y a su pueblo de la dependencia, la pobreza y el sub-desarrollo, pero ya es tiempo, depués de casi 7 años de gobierno kirchnerista que se saquen la venda de los ojos; estos son los que describen y relatan la realidad, una especie de Víctor Hugo Morales de la política, pero con infinito menos talento. El verso es el siguiente: “que hay que distribuir la riqueza”, “que el vaso medio lleno”, “que la sojización” (7.000.000 más de hectáreas de soja sembradas del 2003 a la fecha) “que hay que terminar la pobreza” (cuando llevan casi 7 años), “que hay menos pobres”; (según la CTA hay 11.500.000, 4.000.000 de Indigentes, con números de concentración de la riqueza similares a los del menemismo), “que hay que cuidar la mesa de los argentinos” (hambre por doquier, con marcha de la CTA incluida), “las tasas están altas” (las fija el central) “los Bancos deben prestar más” (récord de ganancias de los bancos en el 2008, según Clarín del 23/02/09, bajo el título A contrapelo del mundo: bancos locales con ganancias récord, de acuerdo a datos de un informe del Banco Central de la República Argentina, “la rentabilidad de las entidades bancarias privadas se apoyó de manera central en el margen financiero que se incrementó de 8.960 millones de pesos en el 2007 a 12.934 millones en el 2008 – una suba del 44%-“… Las entidades privadas tuvieron las ganancias más altas del decenio”… la patria financiera intacta con el gobierno nacional y popular); y el increíble acuerdo del gobierno con las exportadoras de cereales para bajar artificialmente el precio del trigo y del maíz y permitirle ganancias récord, hecho denunciado el miércoles 17 de junio de 2009 por la Federación Agraria Argentina, bajo el nombre de: Acuerdo trigo/maíz: “precio lleno/precio ficticio”, un escandaloso y burdo negociado a favor de seis firmas exportadoras que se quedan con el esfuerzo de lo chacareros y el dinero del país. Y así, encontraríamos pilas de ejemplos que demuestran el doble discurso de un gobierno, que en vez de transformar la realidad, eligió relatarla.


Pero de lo que no hablan, ni los historiadores, ni los relatores, ni los “boca cerrada”, y que sería bueno que dijeran algo es:


1)- de la corrupción generalizada (¿hay una corrupción buena progre?, ¿y otra mala de derecha?);


2)- de la Barrick y la minería a cielo abierto;


3)- del juego y sus beneficiarios;


4)- de la extranjerización y concentración de tierras;


5)- de la pesca y la privatización del mar;


6)- de la desocupación, del INDEC, la inflación, etc.;


7)- de la renta petrolera;


8)- de larenta financiera;


9)- del monopolio en la industria alimentaria;


10)- del hambre y la pobreza;


11)- de las jubilaciones mínimas de $700;


12)- del financiamiento a la General Motors (pensemos aquello que durante tantos años sonó como un latiguillo a los oídos progre “lo que es bueno para la General Motors es bueno para Estados Unidos”).


13)- del campo no hablar ¿para qué?


De todo esto y de otros temas de igual importancia, se habló muy poco; y lo poco que se habló, no fue para resolverlo como nudo central de la política que viene en el país, sino para ocultarlo, disfrazarlo, tergiversarlo o desacreditar a los dirigentes políticos o sociales que sí lo plantean como el tema a resolver en la etapa que viene. La descalificación personal y política, la difamación de adjudicar servicios a favor de intereses ocultos a quienes plantean estos temas centrales ha sido una constante de este gobierno que lo único que tiene de progresista es su propia indulgencia a la hora de calificarse así mismo.


Salud y cosechas,


Pedro Peretti.



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