lunes, 13 de julio de 2009

La nueva ganadería



EL 50 % de la hacienda que se faena para abastecer la mesa de los argentinos ya no la producen más los productores agropecuarios, son sus nuevos dueños, los frigoríficos, supermercadistas o fondos de inversión. El feedlot un, relativamente, novel instrumento productivo permitió esta mutación de la ganadería argentina. En estos nuevos actores es donde el estado argentino lleva gastado la friolera de 1.400 millones de pesos en subsidios, sin ningún tipo de beneficio visible, ni para los auténticos productores, ni para los consumidores, un negocio redondo para muy pocos (terneros baratos, subsidio para terminarlo, y carne carísima para la gente).


Estos datos impactantes, y celosamente guardados, demuestran cuáles son los parámetros de medida que llevaron al Secretario Cheppi a decir que “la ganadería no está en crisis” y agregó, “la ganadería está pasando por un cambio estructural que no se va a resolver en uno o dos años”. Este es el cambio que se está gestando aceleradamente, el de una ganadería sin ganaderos, integrada verticalmente al estilo de la producción avícola, dónde estas “mega-empresas” son dueños de toda la cadena productiva: la vaca de cría, el feedlot, el frigorífico y la venta minorista.


Pero, por si las palabras de Cheppi no alcanzan, y para que no queden dudas (más en los progres), veamos lo que dice nuestra Presidenta: “El número de feedlot de la ganadería es muy importante. El año pasado llegamos a 844 y hoy tenemos 1523 en marcha. Se trata de un cambio tecnológico de punta, como lo fue el de la siembre directa” (Página 12 del 17/06/09). Entiéndase bien, no estamos en contra de la suplementación con granos en el engorde… pero en manos de los productores.


Lo que estamos planteando es que es un error estratégico serio permitir semejante concentración de la ganadería en poquísimas manos, encima inducidos por la intervención del estado vía subsidio, un verdadero dislate que atenta seriamente contra la seguridad y soberanía alimentaria y merece, como mínimo, un debate profundo del conjunto de la sociedad sobre qué tipo de ganadería necesita el país, ¿si es con productores ganaderos genuinos o con actores económicos extra sector?


No es menor el desafío, pensemos que de las 252.907 explotaciones ganaderas, el 75%, o sea 189.680 explotaciones, tienen menos de 200 cabezas (censo SENASA), y son el sector más vulnerable a la concentración.


La chacra mixta, lo poco que va quedando de ella, instrumento de progreso y desarrollo por excelencia, que generó trabajo genuino y ocupación territorial, recibe un nuevo golpe como en los ’90 que la condena a su definitiva desaparición, en manos de una agricultura sin rostro humano.


Durante todo el conflicto, dijimos que lo que se discutía no era sólo retenciones, sino el perfil del agro que venía. ¿Quién sembraba la Pampa Húmeda?, ¿quién era el sujeto central de la ganadería? Aquí está muy claro por quién tomó partido este insólito gobierno, que, en vez de proteger a sus productores y consumidores, subsidia a grupos concentrados con cuantiosos recursos fiscales y que no solucionan ningún problema, condicionando seriamente la mesa de millones de argentinos. Es imposible cualquier solución agraria a ningún problema, si no se combinan: producción, población y medio ambiente con equidad y distribución. Nada de eso contempla la política agropecuaria de este negligente e indolente gobierno pseudo progresista.



Salud y cosechas,


Pedro Peretti


Director de FAA.


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